Esta ley 30220, promulgada por el estado peruano, va a ser derogada, por inhumana:

El artículo 84 de esta ley aberrante, ordena el cese de los profesores mayores de 70 años, condenándolos a una pensión de 600 soles mensuales. El sistema pensionario de Perú, es uno de los más inhumanos del planeta. Ningún profesor cesado podrá sostener una familia con esa suma irrisoria.

Además, cada profesor al llegar a la edad madura, es cuando más experiencia y conocimientos ha acumulado en provecho de la formación de los jóvenes. Testimonio de esto, lo dan brillantes profesores que frizan los 80 y 85 años, que siguen ejerciendo la docencia en las universidades: Enrique Dussel, profesor en una universidad mexicana, Gianni Vattimo, profesor en la Universidad de Turín, Mario Bunge, profesor en una universidad canadiense. Por algo, en las comunidades ancestrales siempre se concedió el liderazgo a los ancianos.

No es cierto que los profesores veteranos no empleen las más actuales tecnologías de la didáctica y la investigación: el no emplearlas o el emplearlas, se da tanto en veteranos como en jóvenes: hay muchos profesores jóvenes que además de improvisados, no se actualizan; y hay muchos profesores veteranos, que además de su sabiduría acumulada, sí actualizan sus metodologías. Definitivamente, es un fenómeno que nada tiene que ver con la edad.

No es ético que a un maestro que ha dejado su juventud en las aulas al servicio de la formación de generaciones de profesionales, se le ultraje de esa manera. Los gestores de esta inhumana ley, muestran ante el mundo civilizado la cara más vergonzante del estado peruano. En ningún país civilizado, los maestros jubilados reciben el maltrato infame que reciben los catedráticos  en Perú.

Pero además será derogada esta ley aberrante, porque es dictatorial: no sólo viola la autonomía universitaria consagrada en la Constitución, sino que se emitió sin antes haber escuchado a los universitarios, sin interesarle al estado, saber  qué es lo que pensamos. En consecuencia, ha recibido el rechazo mayoritario de la comunidad universitaria. Es una ley malsana que sólo ha generado conflictos en las universidades.

Por eso es que va a ser derogada: es una ley además de inhumana, aberrante, pues choca contra el más elemental respeto por la dignidad humana..