En el Perú, prevalecen el tarjetazo, los "contactos". Cada cual vale más por sus relaciones amicales, que por sus méritos personales. Por ejemplo, en las universidades: en sus unidades de posgrado: la contratación o designación de los profesores, no   se hace por concurso de méritos sino por amiguismo: el coordinador del área designa al amigo, al que le cae bien, aunque sea un mediocre. El desconocido, el que no tiene "contactos", presenta su solicitud por mesa de partes, y a nadie le interesan sus méritos personales, su idoneidad para el cargo, ni su experiencia.

Esta vergüenza sucede por ejemplo en la Unidad de Posgrado de la Facultad de Letras de la "Decana de América": hace pocos años, la camarilla reinante en ese entonces en Filosofía, trajo de la Católica un docente "a dedo", sin concurso, y a las pocas semanas, sin hacer carrera docente en la Facultad, fue designado "a dedo", como coordinador de Filosofía en la Unidad de Posgrado de la Facultad de Letras.

 La designación de los docentes para el área de Filosofía en la Unidad de Posgrado de Letras, depende de la decisión de este personaje; el curriculum, los méritos académicos, las publicaciones, la experiencia, los reconocimientos del aspirante, tienen que pasar por el tamiz de la voluntad de este personaje. El director de la Unidad no decide: lo remite al aspirante, ante el coordinador. Obviamente, no existiendo un reglamento ni autoridad que lo controle al coordinador de Filosofía, su poder es absoluto y autocrático. No existiendo ningún reglamento para la designación de docentes, este siniestro personaje no tiene a nadie a quién temer: designa a los docentes, sin tener que sujetarse a ningún criterio meritocrático, ni a ningún criterio moral: su voluntad es ley suprema. En consecuencia, designa tan sólo a quien le cae bien, aunque sea un mediocre. Esta conducta supone discriminación, toda vez que existen posibles aspirantes con mayor nivel académico, pero que son discriminados.

Es verdad que algunos posgrados presentan "concursos"; pero estos mal-llamados "concursos" no son más que una pantomima para dar visos de honestidad a una designación a dedo que ya se conoce de antemano.

Por qué es que la SUNEDU permite estos atropellos contra la dignidad humana: porque los funcionarios de la SUNEDU no son una maravilla de moralidad: ellos defienden su cargo, también obtenido a dedo; de manera que no tienen libertad ni sentido del deber para denunciar a la universidad corrupta.

Lo que ocurre en las universidades, ocurre también en otras entidades: municipalidades, Poder Judicial, ministerios, asesorías congresales, etc.

La anti-meritocracia es inmoralidad, porque es marginación, discriminación. Lo peor: es una inmoralidad legalizada, institucionalizada. Todos interpretan los cargos de confianza como si fueran lo más correcto. No solamente la aceptan esta vergüenza, sino que cuando se les presenta la oportunidad, tratan de sacar provecho de ella, buscando algún "contacto". si aspiras a un cargo, tienes que buscar algún "contacto" que te recomiende: los cargos, son "cargos de confianza".

Este sistema, en consecuencia, es anti-meritocrático: inmoral, corrupto

Por eso, y por mucho más, yo le llamo al Perú, "REPUBLIQUETA.